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5 errores comunes de los esquiadores intermedios (y cómo solucionarlos) - Ski Portillo 5 errores comunes de los esquiadores intermedios (y cómo solucionarlos) - Ski Portillo
Fecha
23 02 2022
Etiquetas
admin

5 errores comunes de los esquiadores intermedios (y cómo solucionarlos)

Escrito por Alec Blossom, profesor de ski de la Escuela de Ski de Portillo

Como esquiador intermedio, estás explorando la montaña con la confianza de nuevas habilidades para esquiar. Es una gran sensación y debieras aprovecharla al máximo, pero ten en cuenta que en las zonas intermedias es más fácil desarrollar malos hábitos, por lo que no es mala idea tomar una clase. A medida que practiques y mejores tu técnica, es importante tener un par de ojos experimentados para asegurar que el esfuerzo que estás haciendo te ayude y no te dañe. ¡La práctica hace al maestro!

Aquí podrás conocer más sobre los 5 errores más comunes de esquiadores intermedios y cómo solucionarlos.

1.) Ser demasiado ambicioso en nuevos terrenos

El error más común que veo en la montaña es que los esquiadores se desafían con pendientes que están fuera de su nivel de habilidad. A pesar de que puede ser tentador probar tu nueva confianza en pistas para expertos, lo mejor que un esquiador intermedio puede hacer es mantenerse en pistas de su nivel. Esto se debe, en gran parte, a un tema de seguridad: nadie quiere terminar su descenso o la temporada en una camilla de la patrulla de ski. Además de eso, hay muchos otros beneficios de mantenerse en pistas intermedias.

Al apegarte a un terreno más familias, tendrás la oportunidad de practicar nuevas habilidades en un ambiente que te permite experimentar. Es mucho más fácil jugar con el equilibrio y la técnica en un terreno más fácil, en vez de estar preocupado de no caerte en las pistas más complejas. Cuando esquías en terrenos que están fuera de tu zona de confort, es más probable que recurras a malos hábitos antiguos, simplemente porque se sienten seguros. En un terreno más cómodo, por otro lado, será mucho más fácil probar nuevas técnicas y cometer errores sin hacerte daño.

Obviamente, esto no significa que no debieras probar cosas nuevas. Al final, la única manera de mejorar es salir de tu zona de confort de vez en cuando. La clave es lograr ese equilibrio, con la mayor parte de tu tiempo en terreno familiar y saliendo a veces de él, aventurándote un poco más.

2.) Esquiar en el asiento trasero

Esquiar en el asiento trasero significa que te estás inclinando demasiado hacia atrás al descender por la pista. Prácticamente todos los esquiadores incurren en este error en algún punto de sus vidas y es algo que se puede ir mejorando en tu proceso, pero mientras antes comiences a solucionarlo, mejor. Aprender a poner presión en la parte frontal de tus esquíes te ayudará a controlar tu velocidad en las pendientes, mantener el control durante saltos y caídas, y -lo más importante- ayuda a evitar lesiones de rodilla, la lesión más común en este deporte.

Puedes saber si estás esquiando en el asiento trasero si:

  • Sientes molestias en la canilla (resultado de demasiada presión en tu pantorrilla desde la parte de atrás de tu pie)
  • Frecuentemente te caes hacia atrás
  • Te cuesta deslizar tus esquíes en una curva o mover la parte interior para cambiar de borde.

Lograr una postura buena y agresiva es algo en lo que trabajarás por un tiempo, pero aquí hay algunos consejos para comenzar. Primero, practica poner la presión en el frente de tu bota. Es como si trataras de empujar tu rodilla hacia abajo, hacia tus dedos del pie, flexionando los músculos del tobillo. Sabrás que lo estás haciendo cuando veas que tu bota se curva en la bisagra del tobillo. Luego, en una pista más fácil, intenta hacer un salto. Las primeras veces, sólo trata de ir derecho hacia arriba y abajo y acostúmbrate a esa sensación. Luego, empieza a ponerle más dificultad saltando desde la parte de atrás de tus esquíes y aterrizando con la parte de adelante. Si lo estás haciendo de manera correcta, la parte posterior de tus esquíes será lo último en tocar la nieve y la punta será lo primero en aterrizar.

3.) Demasiada presión en los bordes internos de tus esquíes

Como esquiador intermedio, lo más probable es que ya no estés usando la cuña en la mayoría de los contextos, pero la memoria muscular de esos primeros momentos todavía está presente en tu esquí. Muchos esquiadores intermedios presentan lo que se llama “marco A”, que es poner la misma cantidad de presión en cada uno de los esquíes.

Se puede sentir como que estás esquiando en paralelo, pero, hasta que no soluciones este error, lo más probable es que aún tengas algo de cuña en tus curvas. Para un esquiador experto, cada curva representa un gran cambio de presión de un esquí hacia el otro. En la parte más ancha de la curva, es probable que un experto tenga más del 90% de su peso solo en el esquí exterior, manteniendo la presión suficiente en el interior para quedar en paralelo al exterior. Sólo por un breve segundo en la transición entre curvas hará la misma presión en ambos esquíes. Esta habilidad tiene mucho que ver con tu técnica y con mucha confianza, por lo que la solución es ¡práctica, práctica y más práctica! Lograr equilibrarse en el esquí exterior puede ser difícil, pero ensayando ciertos movimientos puede hacerlo más sencillo.

Como mencioné, lo primero es practicar en pistas más fáciles para que, cuando ya estén dominadas estas técnicas, puedas probarlas en pistas más desafiantes. Entonces, empieza por ir a una pista para principiantes y ensaya tus curvas al descender. En cada curva, trata de levantar el esquí interior la mayor cantidad de veces que puedas. Empieza haciéndolo una vez, luego dos y así. El objetivo es poder tomar cada curva con un esquí en la nieve y el otro en el aire. Para llevar este ejercicio un paso más allá, intenta mantener la punta del esquí interior en contacto con la nieve mientras que la parte de atrás se levanta hacia el aire.

4.) Girar los hombros junto a los esquíes

Podrás notar en los esquiadores expertos que siempre tienen la mirada puesta en la pista. Ya sea que estés viendo a Ted Ligety pasar por las banderas o a Ingrid Backstrom zambulléndose por una escarpada pista de Alaska, cualquiera que esquíe a un nivel alto mantendrá la parte superior del cuerpo casi vertical, con los hombros perpendiculares a la línea de caída de la pendiente mientras sus piernas y caderas bailan de un lado a otro en los giros. Para la mayoría, esto parecería ser una función puramente de la óptica: necesitan ver hacia dónde se dirigen. En realidad, esta habilidad beneficia mucho más que la simple planificación de líneas. La habilidad que estamos tratando aquí se llama separación entre la parte superior del cuerpo y la parte inferior del cuerpo, y puede ser una de las habilidades más beneficiosas para mejorar en el nivel intermedio.

Al separar tus movimientos en las caderas, podrás adaptarte a las curvas con las piernas, haciendo giros cerrados a través de terrenos difíciles o curvas largas en un área más amplia. Deberías notar mejoras en tu tracción y control, todo mientras mantienes fácilmente el enfoque cuesta abajo.

Muchos esquiadores de nivel intermedio encontrarán que sus hombros tienden a seguir sus caderas, terminando cada vuelta mirando hacia el lado de la pista. Para corregir esto, toma tus bastones boca abajo y haz una cruz. Luego, busca un lugar en la parte inferior de la cancha que estás esquiando (la base de la montaña o la línea de elevación funcionan bien) e intenta mantener la mira de tus bastones apuntando hacia ese mismo lugar mientras realizas giros cuidadosos a baja velocidad. Debes sentir tus caderas trabajando para mantener la parte superior del cuerpo apuntando cuesta abajo mientras tus piernas van de izquierda a derecha sobre la nieve. Precaución: Mientras realizas este ejercicio debes estar atento a tu entorno, ¡así que asegúrate de no sucumbir a la visión de túnel!

5.) Evitar la Escuela de Ski
Puede ser tentador imaginar que te graduaste de la escuela de esquí una vez que puedes navegar con éxito por terrenos azules y, a veces, negros, sin desastres. Estás lleno de confianza, esquías rápido y te lo pasas genial haciéndolo. ¿Por qué diablos necesitarías gastar más en clases si puedes arreglártelas por tu cuenta? En verdad, la práctica es importante, por lo que no es necesario pasar cada hora en la colina con un instructor, pero eso no significa que debas mantenerte alejado del todo. El nivel intermedio es el momento más fácil para desarrollar malos hábitos que te perjudicarán más adelante en tu desarrollo. Todas las habilidades mencionadas anteriormente son ciertamente cosas que puedes (y debes) practicar por tu cuenta, pero tener un segundo par de ojos de vez en cuando, particularmente los de un profesional capacitado, será invaluable para evaluar tu progreso, brindar retroalimentación y, más esencialmente, guiarte a través de las inevitables frustraciones. Ten la seguridad de que pasar de un esquiador intermedio a avanzado requiere trabajo, pero con un instructor experimentado puedes asegurarte de que el trabajo que realices afectará directamente a tus objetivos.